FEMINISMO, GÉNERO Y PATRIARCADO.
Alda Facio
Montejo nació en Costa Rica el 26
de enero de 1948.
En esta entrada del blog queremos hacer una reseña sobre uno
de sus textos, “Feminismo,
género y patriarcado”. Esta
jurista feminista, escritora, docente y experta internacional en género y
derechos humanos nos explica que existen una serie de
rasgos comunes en todas las sociedades conocidas.
El primero de estos
rasgos es una ideología sexual y patriarcal que tiene un origen histórico y que
construye la diferencia entre hombres y mujeres como si fuera natural, toma a
los hombres como parámetro de lo humano y da menos prestigio y/o poder a lo
femenino. Se fundamente en el control sexual institucionalizado y promovido por
la familia y el estado. Esta ideología que devalúa a las mujeres tiene su
expresión en el lenguaje y está interrelacionada con un sistema simbólico que
atribuye significados negativos a lo femenino.
Otro rasgo común de todas
las sociedades patriarcales es la existencia de estructuras de participación en
la vida pública que excluyen a las mujeres (podemos mirar las fechas por países
en las que se recoge el derecho al voto femenino, o el derecho a tener un
trabajo asalariado y no depender económicamente de un varón). Un último rasgo
presente es el pensamiento dicotómico, jerarquizado y sexualizado, en el que
todo lo que está unido a la categoría “hombre-cultura-racional” tiene mayor
estatus y lo podemos notar en publicidad, cine, educación...
Sin embargo, nos alerta
que lo masculino es considerado lo “normal” y lo femenino la desviación de la
norma.
Ella lo explica así:
“Las características,
comportamientos y roles que cada sociedad atribuye a los hombres, son las
mismas que se le asignan al género humano. De esta manera lo masculino se
convierte en el modelo de lo humano”.
Por otro lado,
señala la autora que “la ideología patriarcal no solo explica y construye las
diferencias entre mujeres y hombres como biológicamente inherentes y naturales,
sino que mantiene y agudiza otras (todas) formas de dominación”. Esto que
llaman interseccionalidad, el tener en cuenta las diferentes formas de
discriminación y dominio que se ejercen sobre las personas empobrecidas,
precarizadas, racializadas…que se van sumando.
La distinción entre sexo
y género explica la subordinación de las mujeres como algo construido
socialmente y no justificado por la biología. Esta distinción sirvió al
pensamiento feminista para desvelar el sexismo en estructuras e instituciones
sociales. El feminismo cuestiona desde una nueva perspectiva todas las
estructuras de poder. Feminismo es una ideología plural y diversa, es
movimiento social y político, es teoría para la acción y la liberación. Lucha
contra la forma androcéntrica de ver el mundo y contra todas las formas de
discriminación y opresión, desde una postura humanista.
Para el derecho, sexo y
género son un único concepto a-histórico, natural e inmutable.
Pero sexo y género no son
lo mismo.
“Desde el derecho se han
reproducido históricamente relaciones de poder sobre otros, y en particular
sobre las mujeres”. El derecho parte del punto de vista masculino y por ello da
un trato diferencial a las cuestiones femeninas, dando respuesta casi en
exclusiva a las necesidades de los hombres como si fueran necesidades
universales. Los ejemplos son la prohibición del aborto y la diferencia entre
el adulterio de un hombre o de una mujer actualmente en algunos Estados.
“En el derecho la
distinción público/privado cruza todo el entramado normativo y responde a los
parámetros que definen ambas esferas en las sociedades patriarcales”.
Legitima la
subordinación y la discriminación de la mujer en estas esferas (pública y
privada) mientras que los hombres transitan ambas, por ello, el feminismo
recoge la consigna de que “lo personal
es político”, critica la tendencia de ofrecer valores diferentes para cada
una de las esferas, defiende que la violencia de género es parte de una
violencia estructural que responde a un sistema y unas estructuras de poder, y
busca la necesaria integración del discurso y la práctica.
El derecho ha servido
para disciplinar y controlar los cuerpos de las mujeres a través de la
imposición de la heterosexualidad para la formación de la familia y la
subordinación a la autoridad del marido.
Conclusiones….“No se
trata solamente de eliminar estereotipos y cambiar roles sino que es necesario
re-conceptualizar al ser humano, tarea que implica reconstruir todo el
“saber””. Es necesario visibilizar los efectos de la construcción social de los
géneros, poner en el centro del análisis las relaciones de poder y atender al
lenguaje que sirve de instrumento del patriarcado.
Las mujeres, como mitad
de la población, no pueden ser tratadas ni como una minoría, ni como un “grupo
vulnerable” (a lo sumo, dice la autora, sería un grupo “vulneralizado”), ni
tampoco referirse a las mujeres con el concepto de género, porque éste hace
referencia a la construcción social de lo femenino y lo masculino de manera
dicotómica y jerarquizada.
Gran parte de la población
está en inferioridad simbólica, pero también económica, política y social al
estar avalada la desigualdad por las instituciones.
El derecho como disciplina jurídica, ha mantenido y
reproducido la ideología y las estructuras que conforman el Patriarcado. Se
hace necesario tener en cuenta las contribuciones teóricas del feminismo en el
derecho para que pueda desarrollar su función social, que es regular la
convivencia y promover la realización personal y colectiva en paz y armonía.
Hacer de esta disciplina un instrumento de transformación social no solo
liberará a las mujeres, sino que combatirá otras formas de dominación.
“Una política pública de
género necesariamente tiene que tener como finalidad la superación de la
desigual valoración y el desigual poder entre los géneros. De esta manera las
políticas públicas de género no necesariamente deberían referirse
exclusivamente a las mujeres, en tanto el sistema de género es un sistema
relacional que involucra a los varones.”
Las legislaciones más “modernas”
continúan siendo “implícitamente patriarcales”. “La crítica feminista es una
alternativa catalizadora de transformaciones democratizantes dentro del
derecho.” Nos dice Facio.
Facio,
A. Feminismo, género y patriarcado.
Consultado en noviembre de 2017 en: http://centreantigona.uab.es/docs/articulos/Feminismo,%20g%C3%A9nero%20y%20patriarcado.%20Alda%20Facio.pdf
Autora: Lucía Elena Rodríguez Vigorito.
COLECTIVO: La Corrala. Patio feminista.
Feminismo, género y patriarcado.
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