PANDEMIA Y FRAGILIDAD
Fui una niña fuerte y sana. Una adolescente
fuerte y sana. Y mi primera juventud también se caracterizó por la fortaleza y
la salud. Y un día... la traición del cuerpo. Una enfermedad autoinmune,
incurable... los riñones atacados... Hay tratamiento, no temas.
Y así siguió la vida, con tratamiento, fuerte
y sana. Hasta que... PANDEMIA... y entonces la cruda realidad. Mi tratamiento
tiene efectos secundarios por lo que pertenezco a un grupo de alto riesgo. Y
por primera vez en mi vida fui consciente de la fragilidad de mi cuerpo. Y tuve
miedo...
Yo, tan fuerte, tan sana, tan independiente…
de repente débil y asustada, proclive a una enfermedad que podría acabar
conmigo en unos pocos días. Lo único que puedo hacer para evitarla es no salir
de casa. Nunca mientras dure la pandemia. Para nada. Y dependiente. No puedo ir
al supermercado, es un foco de posible infección que debo evitar a toda costa.
Vivo sola, por lo que dependo de almas caritativas para comer a diario.
Tremendo.
Y sin embargo... estoy tranquila, satisfecha,
y sobre todo ¡¡agradecida!! ¡Tengo tanto y a tantos que agradecer! A mi
ex-marido que me alentó para volver a la universidad y a presentarme a
oposiciones, por lo cual tengo un puesto fijo, sigo tele-trabajando y ganando
un sueldo. A mis queridísimas amigas que me traen la compra a la puerta de casa
y me saludan desde el ascensor, a dos metros de distancia. A mi farmacia de
confianza, que me traen los medicamentos a mi domicilio. A las grandísimas
amigas que generosamente me ofrecen clases de yoga y de Chi Kung por Internet,
que hacen llevaderas mis tardes y serenan mi mente y fortalecen mi cuerpo. Al
grupo de patchwork que manda patrones de costura y de bordado para entretener
las tardes, ahora largas... A la familia y amigos, que a través de whatsapps y
conferencias de vídeo llegan a la ventana/pantalla de mi casa, para compartir
recetas, chistes, risas...
Si algo he aprendido de la pandemia es que soy
extremadamente afortunada, y sigo siendo fuerte en la fragilidad.
Y la primavera sigue siendo hermosa... y llegará el verano y ésto... también pasará...
Autora: Clara Echaide Torreguitar.
COLECTIVO: La Corrala. Patio feminista.
Pandemia y fragilidad.
COLECTIVO: La Corrala. Patio feminista.
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