Ayer mientras veía fotos de un viaje al campo de refugiadxs
saharaui me acordaba de las reflexiones y anhelos en la Corrala, de relaciones humanas,
comunidad, solidaridad, consumo, autogestión... Fue una de esas experiencias
que te ensanchan el alma.
Pueblo saharaui
confinado entre la arena fina del desierto y el cielo, pueblo en cuarentena,
que entierra las armas para luchar por levantar una comunidad; en esta foto me
encuentro entrando en la Asociación de Mujeres, porque en este milagro de lo
esencial, no crecen plantas ni árboles pero florecen personas.
Autora: Sonia
COLECTIVO: La Corrala. Patio feminista.
Cuando florecen personas.
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