CON NOMBRE DE MUJER

 “Con nombre de mujer”




Bajo este lema se plantea, desde La Corrala, llevar a cabo varias acciones que se irán realizando a lo largo del tiempo. La motivación para llevar a cabo este proyecto ha sido el entender que la manera de nombrar el mundo es importante para no sentirnos obviadas e invisibilizadas. Por ello, reivindicamos la presencia de las mujeres en los espacios públicos a través, también, de los nombres.


Nuestro proyecto Con nombre de mujer surge de la necesidad de que media población sea también reconocida a través de algunas de las personas que podrían representarlas; hablamos de una cuestión de igualdad entre géneros, por supuesto, tiene que ver con la necesidad de visibilizar la contribución de las mujeres en el desarrollo de la vida cotidiana, en el devenir de la Historia, en el campo de las artes, en la investigación científica…


Nombrar las calles con maestras, músicas, activistas políticas, pintoras, vecinas, inventoras, científicas… que forman parte del legado cultural de un pueblo, construye identidad colectiva y contribuye a que niños y niñas tengan referentes femeninos.


Lo que no se nombra no existe, pero además se respeta más aquello que se conoce. Y de eso trata este proyecto, de respetar, valorar, conocer y reconocer… reivindicar el nombrar nuestras calles no sólo con nombres masculinos, no sólo con nombres de poderosos… 


Hemos indagado sobre la relación de espacios (calles, plazas, avenidas…), monumentos (fuentes, estatuas…), lugares públicos (colegios, centros, salas, auditorios…) con nombre de mujer o dedicados a una mujer en Aranjuez. Empecemos por las calles. Una vez realizada la relación podemos decir que de 568 calles que aparecen en el índice de calles oficial sólo 38, el 6.69%, son nombres de mujeres, un porcentaje bajísimo en proporción con nombres de hombres u otros motivos. Y de estas 38, quitando nobleza, monarquía, santas y vírgenes, nos quedamos con 6 que a continuación vamos a detallar.


Calle Concepción Valera


No hay confirmación de en homenaje a quién se puso este nombre, ¿quizá una maestra de la República?, ¿quizá una mujer activista del pueblo?, ¿quizá una matrona que ayudó a parir a mujeres en sus casas?... o quizá a Valle de Valera, María Concepción

 

Dramaturga española del siglo XIX, de la que, como ocurre con tantas otras mujeres destacadas de su época, no se conocen otros datos que los referidos a la única obra teatral que puede atribuírsele con certeza. Se trata de la pieza titulada Cargo y data, una comedia escrita en prosa y compuesta de tres actos, que en la actualidad se conserva en un manuscrito fechado en 1858. Este manuscrito se guarda en la Biblioteca Nacional de Madrid, signado con la clave 14.2685 (vid. Paz y Meliá, Antonio. Catálogo de piezas de teatro que se conservan en el departamento de manuscritos de la B.N. Ed. de Julio Paz, vol. II, 1934-35).


Cargo y data, cuya acción se ubica en el Madrid de 1837, pone sobre las tablas el típico conflicto entre los espíritus idealistas y los materialistas, plasmado aquí en las vivencias y relaciones de unos personajes que, agrupados con motivo de una boda, tienen diversos puntos de vista a la hora de admitir la licitud o ilicitud de un matrimonio concertado por conveniencia. En el fondo, María de la Concepción Valle de Valera está reflejando en esta obra el enfrentamiento social que se dio en su tiempo entre dos formas totalmente opuestas de entender la vida: la mentalidad aristocrática y la burguesa. Al final, como pide también el tópico del género, será el amor desinteresado el único triunfador en este duro enfrentamiento, ya que "ante el altar los esposos, no las clases, son las que reciben bendición". 


En la actualidad no se conserva ningún ejemplar impreso de esta pieza, lo que permite suponer que nunca pasó por los tórculos. Tampoco consta que fuera llevada a las tablas en alguna ocasión, y no se han hallado más obras dramáticas atribuidas a esta enigmática autora. 


Fuente: mcnbiografias.com



Camino de Doña Sol


No hemos encontrado información de quién pudo ser esta mujer, y por lo tanto, hemos reconstruido la historia de una mujer cualquiera, una cualquiera no como dice la RAE, sino una mujer como tantas que vivieron a principios del SXX en Aranjuez. Os contamos su historia.


Si buscamos en los libros de Historia quién fue Doña Sol, no lo vamos a encontrar. Tampoco si vamos al registro, ni al Archivo Municipal, ni tan siquiera en los censos y en los empadronamientos. Porque Doña Sol fue como la llamaron después de toda una vida dedicada a demostrar, sin quererlo, que se podía ser libre, que se podía ser mujer y tener una vida pública, se podía ser mujer y tomar decisiones por sí misma, se podía ser mujer y ser vecina, amiga, cuidadora, ser trabajadora, ¡inventora incluso! porque para solucionar los problemas cotidianos y los inesperados hay que ser un poco investigadora y muy creativa.


Algunas personas dicen que ella en realidad se llamó Soledad, pero que con ese espíritu tan alegre y sociable le pegaba poquísimo el nombre, vamos, que era un nombre que no estaba a la altura de una mujer con tanto carisma. Dicen que había otra vecina que le pasaba lo mismo, que la pusieron Soledad pero que a ella eso no le iba, así que se hacía llamar Sole, y es por eso, dicen, que a nuestra Doña Sol, que sería algo más joven, se la comenzó a llamar Sol, a secas, para distinguirlas.


No lo tenemos claro, porque hay quien opina que ella ni se llamaba Soledad ni nada de eso, que lo de Sol no venía por acortar un nombre desajustado a su carácter sino que precisamente se la llamó Sol porque verla aparecer era como si los rayos del sol iluminaran la calle.


Y habrá quien diga, “Bueno, pero habrá registro de esas vecinas con nombres y apellidos, ¿o no?”. Pues no. Si fueron los tres años de guerra, si fue por proteger a alguien o si fue por silenciar, el caso es que se quemaron gran parte de los documentos de la época, se convirtió todo en ceniza y se lo llevó el viento. Y con ello, solo la memoria viva de quienes la conocieron nos traen retazos de lo que ocurrió y de quién fue. Y esa memoria viva se convirtió en relato oral. Y ese relato oral, en leyenda.


Doña Sol no fue una víctima, eso lo tenemos que aclarar. O por lo menos, fue tan víctima como cualquier otra persona que vive su tiempo y asume, aun sin quererlo, las consecuencias de las decisiones de otros. Que hay un Golpe de Estado por parte de los militares y se arremete contra el Gobierno legítimo de la República española, bueno, pues víctimas fueron todos y todas las vecinas que vieron truncadas sus vidas entonces, sufriendo la violencia que vino durante la Guerra Civil y la represión durante los casi 40 años de Dictadura. 


Porque claro, Doña Sol con esa personalidad pues no era muy del Régimen que digamos y cuando ya acabó la guerra pues había mucha gente que ya no estaba, ¿sabéis? Eso sí, nunca se encontró su cuerpo, y eso alimentó la versión de que logró exiliarse. Quién sabe. Muchas personas acabaron asesinadas en una cuneta, otras cayeron en el camino mientras buscaban un nuevo lugar donde rehacer sus vidas… Que no queremos ser agoreras ni nada de eso, pero es que Doña Sol ya tendría sus cerca de 50 años cuando proclamaron al Generalísimo, y con esa historia a sus espaldas, con esa fiereza que solo un ser llamado como una estrella puede llegar a tener, con ese amor por la libertad, la justicia social, la igualdad… pues es posible que Doña Sol hiciera suyas las palabras del Che sin conocerle, y muriera luchando por sus ideales y ayudando a otras personas como siempre hacía, o qué sé yo.


Lo que sí sabemos es lo que cuentan sin contradecirse quienes la conocieron y dejaron en legado oral a hij@s y niet@s. Doña Sol nació a finales del siglo XIX o principios del XX, como anunciando la llegada del nuevo siglo y de nuevos tiempos. Era de familia humilde, y seguramente nunca fue a la escuela porque por aquel entonces las niñas pobres no iban a alfabetizarse. Aprendió sin embargo, ya siendo grande, con empeño y con la buena voluntad de algunas maestras de la República que quisieron enseñar por las tardes y noches después de las jornadas de trabajo. 


De Doña Sol sabemos que fue una de las 350 trabajadoras (o 200 según las fuentes consultadas) que participaron en la huelga de la fábrica de calzados y cintas, en 1923. Seguramente fue entonces cuando consolidó su implicación en las organizaciones obreras y en la política de su pueblo. En aquella ocasión las obreras de la fábrica reivindicaban que se cumpliera la jornada de trabajo sin ver mermado el salario. De estos hechos sí quedan testimonios escritos y junto con los testimonios orales podemos reconstruir parte de lo que ocurrió. Pero claro, muchos nombres han ido cayendo en el olvido.


Después de aquella huelga, cuántas luchas más vendrían, cuántas injusticias tendría aún que combatir nuestra joven Doña Sol.


Calle Victoria Kamhi


Mundialmente conocida por ser la esposa de Joaquín Rodrigo pero además o por encima de ello fue:


Una escritora y pianista turca afincada en España, nacida en el año 1902. Estudió piano desde niña recibiendo clases de grandes maestros. Se casó con Joaquín Rodrigo y vivieron en Francia y Alemania hasta que en el año 1939 regresaron a España. Dejó su carrera para colaborar y asistir en todo momento a su esposo, ciego de nacimiento, fue su mejor colaboradora artística, revisando todos los manuscritos de Rodrigo.

Era políglota y realizó las versiones en francés y alemán de casi todas las canciones de su marido. Sin embargo nunca obtuvo ni fama ni reconocimiento.  En absoluto comparable a la notoriedad de su marido.

Tuvo la clarividencia y el acierto de acumular y conservar, a lo largo de más de 60 años de vida en común, todos aquellos documentos que dan testimonio del contexto histórico en el que Rodrigo desarrolló su carrera musical.


En 1986 publicó una obra biográfica, De la mano de Joaquín Rodrigo: Historia de nuestra vida y también escribió poemas en varias lenguas y Canción del cucú, 1937, (a la que Joaquín Rodrigo puso música).

Kamhi falleció el 21 de julio de 1997, siendo enterrada, al igual que su marido, en el mausoleo familiar de Aranjuez, presidido por una guitarra cubista obra del escultor Pablo Serrano. Joaquín Rodrigo le había dedicado la obra Serranilla. Cántico de la esposa, para soprano y orquesta de cámara.

Paseo de la Profesora Modesta María Navarro


Modesta María Navarro fue una maestra de educación infantil, que tenía 23 años al acabar la guerra, trabajadora, inteligente y como ella decía, católica, apostólica y romana. Ejercía en las escuelas públicas de esta localidad y vio truncada su vida profesional y familiar por el hecho de enamorarse y casarse con un convencido republicano de Aranjuez, el médico Jacinto Esteban Muñiz. Esta fue razón más que suficiente para que fuera sancionada con la sanción más grave: separación definitiva del cuerpo del Magisterio y pérdida de todos sus derechos como maestra nacional en  la “depuración” llevada a cabo al terminar la guerra. Modesta, como muchas otras, no tuvo más remedio que exiliarse. El 5 de octubre de 1939 fue madre de Jacinto Esteban María (médico cirujano y urólogo). Su marido se exilió sin ver nacer a su hijo en el sur de Francia y allí fueron Modesta y su hijo en 1940. En 1942 se fueron a México.

"Mis padres tomaron un barco desde Francia y desembarcaron en Veracruz. De ahí se trasladaron al Distrito Federal, donde había oportunidades de trabajo para ellos, allí inicié mi vida en México a los tres años de edad," relata el Doctor Jacinto.

"Estudié en un colegio fundado por el Gobierno de la República Española en el Exilio, el Colegio Madrid, donde cursé primaria, secundaria y preparatoria. Era muy feliz en la Ciudad de México, entonces preciosa. Mi padre era médico y se nacionalizó mexicano al llegar y me transmitió la ciudadanía, que refrende al cumplir 18 años. Mi madre no perdió su nacionalidad española; se dedicó a su hogar y sólo en los últimos años de su vida trabajó como profesora de primaria."


Fuentes: 

nuevomas.com

elsevir.es 


Calle de la Mariblanca


Mariblanca, uno de los nombres más populares de Aranjuez que nombra, sin ser su nombre original, a una de las plazas más emblemáticas de la ciudad y una pequeña calle situada no muy lejos del centro urbano. Mariblanca hace referencia a la escultura que encontramos en la fuente de la plaza de San Antonio emplazada en su cúspide en la segunda mitad del siglo XVIII. Se trata de una representación de Venus que por parecerse a la escultura de la puerta del sol de Madrid, a la que llamaban Mariblanca, ha adquirido popularmente ese nombre también en nuestra localidad.  La Venus del jarro, acompañada de claros símbolos acuáticos, muy entroncados desde los albores de la cultura al potencial femenino, hace referencia a la fertilidad y fructificación de las huertas y jardines de nuestro pueblo. Una guardiana que custodia la entrada a la población con su presencia simbólica y que, encarada de nuevo su mirada hacia la villa, habita el imaginario de todo un pueblo.


Calle de las Musas


Las Musas, arcaicas ninfas relacionadas con ríos y fuentes, son, según los escritores más antiguos, divinidades paganas inspiradoras de las artes. Cuentan que las musas bajaban a susurrar ideas e inspirar a aquellos mortales que las invocaban. Simbolizan la verdad en el sentido más elevado y encarnan la sabiduría universal. Su culto, originario de Tracia y Beocia, fue de gran importancia para el desarrollo artístico de la Antigua Grecia. Estos seres presentes en la mitología, la literatura y la pintura nos recuerdan las potencialidades femeninas relacionadas con la creatividad y la sabiduría ancestral y  nos vinculan con nuestra esencia arcana. Tradicionalmente se ha empleado esta idea de inspiración de las mujeres como segundo plano de los artistas. Recuperamos esta figura inspiradora para rescatar nuestro propio potencial creativo y artístico y reivindicamos que no somos  musas de otros, sino  ARTISTAS con nombre propio no solo de nuestras obras, sino sobre todo de nuestras propias vidas, inspiradas en estas musas que quizá representen nada más y nada menos que el reflejo de nosotras mismas.  Es bueno tener presente esto al pasear por esta calle situada en el barrio de  la Ciudad de las Artes.


Esta es una primera fase de nuestro proyecto Con nombre de mujer que, poco a poco, iremos desgranando. 






COLECTIVO: La Corrala. Patio feminista.
Con nombre de mujer.


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