Un día como hoy quiero recordar a una mujer que nos ha dejado hace muy poco, quiero recordar a Almudena Grandes. Una mujer que pudo ser una diva de mucho pero optó por ser una vecina más. Pudo ser “una famosa” y optó por ser una escritora comprometida. Su literatura no se ha separado nunca de la realidad. Era una mujer con una personalidad arrolladora, en cuyas novelas descubríamos a mujeres diversas. Ella misma se definía como republicana, anticlerical y feminista.
Y de su mano quiero también recordar a muchas mujeres de una época muy concreta. Muchísimas mujeres españolas, todas distintas y todas semejantes, todas sometidas por igual a una de las consecuencias menos visibles, menos consideradas, de la larga dictadura del general Franco. La alianza entre el Estado y la Iglesia católica desató sobre ellas una represión íntima, invisible en apariencia, que las encarceló por dentro e intervino su vida privada, que coartó ferozmente su libertad para impedir que fueran felices mientras trabajaban como mulas a cambio de salarios de hambre y sin derechos de ninguna clase, que las indujo a avergonzarse de su propio cuerpo hasta el punto de convertir la manga corta en un pecado.Quiero memorar a todas esas mujeres que no pudieron atreverse
a tomar sus propias decisiones sin que las llamaran putas, que pasaron
directamente de la tutela de sus padres a la de sus maridos, que perdieron la
libertad en la que habían vivido sus madres para llegar tarde a la libertad en
la que hemos vivido sus hijas.
Cruz Tamargo
Texto leído en el micro abierto de la Colada Feminista
#8m2022Aranjuez
Comentarios
Publicar un comentario