Acostumbran los gritos,
los golpes y los llantos.
Acostumbran a callar,
a olvidar. Normalizan.
Ella
tiene la culpa.
Llora,
se esconde y espera
que todo acabe.
Él es un hombre
honrado, trabajador.
Al alba
los vecinos
escandalizados.
Un cuerpo ensangrentado,
con marcas moradas,
ojos abiertos.
Sin pulso.
Y la niña,
entre llantos.
– Vosotros
también sois culpables.
Autora: Inés Guisado
II Certamen Literario Feminista "La Corrala"
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