Khavama
Elisha llamó la atención de su amiga mientras contemplaban una puesta de sol:
-Tu sabes que hay muchas historias sobre vampiros y acerca de su origen, ¿verdad?
-Claro- respondió Ariah sonriendo.
-Lo que seguro no sabes es que todas esas son meras leyendas. Te voy a contar la verdad acerca de la génesis de esas criaturas. Surgieron milenios antes del Gran cataclismo que destruyó gran parte de la vida del planeta.
-Espérate mi amiga ¿Realmente hubo tal diluvio?- Interrumpió Ariah - según he leído es imposible que ocurriera.
-Si mija, ocurrió, aunque ahora no tengo tiempo de explicarte cómo. Pero volvamos a lo que me interesa. Siglos antes del Diluvio universal existió un poderoso reino gobernado por mujeres.
-¿Las amazonas tal vez?
-Que va Ariah. Que amazonas ni que nada. Eso es un mito griego y yo te estoy hablando de historia no de mitología. Hazme el favor de no interrumpir para que al fin sepas cómo surgieron las bebedoras de sangre- Elisha hizo una pausa y se colocó frente a su amiga- Como te decía hubo una vez un país gobernado por nosotras, las chicas. Éste tuvo una emperatriz valerosa y de mucho talento, la cual para consolidar y extender su poder ordenó construir una novedosa arma en forma de brazalete, la Alvy. La misma combinaba gran potencia mortífera, control mental con sencillez y facilidad de porte.
La reina entregó la Alvyz a su hermana, quién era la generala de sus ejércitos, la princesa Khavame. La cual comenzó a usarla en las diferentes batallas en las que se vio enfrascada para extender el imperio de Aztlea. Pero con el tiempo se dio cuenta de que no podía soportar la luz del sol, sufría quemaduras en las partes de su piel expuestas a los potentes rayos , y la atormentaba una terrible sed que nada parecía calmar. Probó con agua, leche de diferentes animales, vino, pero nada la saciaba hasta que ya a punto de morir dio con el remedio.
-¿Cuál?- no pudo evitar interrumpir la otra.
- ¿No te lo imaginas? Pues bebiendo sangre humana bien fresca. Cómo lo descubrió no se sabe pero sí que la emperatriz la apoyó y le dio una alternativa para impedir que una miembro de la realeza se convirtiera en una asesina.
-¿Qué alternativa?- Un escalofrío estremeció a Ariah.
-La emperatriz encontró una raza especial de mujeres, dispuestas a alimentar a su hermana en las noches de luna nueva. Pero la princesa transmitió a sus descendientes los efectos que en ella había causado el uso del brazalete. Estos recibieron el nombre de su madre y formaron una poderosa tribu. .
-¿ Y ellos también fueron alimentados por esa raza de mujeres?- interrogó Ariah.
-Claro que sí. Aquellas mujeres que alimentaron a Khavame establecieron un vínculo de dependencia con esta y lo transmitieron a sus hijas y estas a las suyas. Así se formó la tribu Avhama la cual se une a las khavamas en cada luna nueva - Y mirando la intensa oscuridad del cielo añadió - así que espero por ti.
Entonces una extraña sonrisa iluminó el rostro de Ariah.
Despertar en luna nueva
En cierto lugar vivían tres chicas tan aficionadas a ver series sobre vampiros, mujeres lobas y brujas que a menudo faltaban a la escuela, y desestimaban viajar en vacaciones para aumentar sus conocimientos sobre estas criaturas. Una noche mientras veían la película El Vampiroque de la Mancha una de ellas apagó el televisor:
- !Basta ya¡
-! Ah, ¿pero y a ésta que le dio?- Beatriz intentó continuar viendo el filme.
- Déjala, ese es uno de esos arrebatos a los que nos tiene acostumbrada la linda de Vanessa- aseguró Loraine.
-A mí no me ha dado ningún arrebato Lora. No hables que tú también te las traes.
- A ver, a ver no discutan otra vez- se interpuso Beatriz- vamos a calmarnos, ¿esta bien?. Primero, Vane vas a encender el televisor para continuar vi...
- Dije que basta ya Beatriz y Lora. Estoy harta de pasarnos la vida viendo las historias de otros cuando podemos vivir la nuestra.
- !Ahora si se volvió loca!- Lora no pudo evitar reirse.
- Ya Lora, deja que nos explique lo que se propone.
- A ver amigas mías- prosiguió Vanessa- ¿No se han percatado de que sólo vemos y oímos de estos seres en la televisión cuando el mundo necesita verlos en carne y hueso?
- Vaya, vaya que idea más interesante- aplaudió Lora- ¿ y porqué piensas eso?
-Porque ellos impedían el desmedido crecimiento de la población - explicó Vanessa -aparte de que no eran tan malos como los pintan.
- Es muy interesante tu punto de vista- intervino Beatriz- y ¿qué quieres decir con vivir nuestra propia historia?
- Que cada una de nosotras puede convertirse en una vampiresa, una mujer loba y en una bruja.
-¿Cómo?- quiso saber Loraine.
-Bueno primero, decidir que será cada una de nosotras, luego bautizarnos en sangre y salir de cacería en la primera luna nueva que por cierto será mañana.
- Ah, No era entonces uno de tus arrebatos - reconoció Loraine- lo tenías todo bien pensado. Seguro que con lo vanidosa que eres tu querrás ser la vampiresa. Pero tranquila jajajaja, que no tengo intenciones de discutir. Cómo soy algo tosca y fuerte creo que me vendrá bien ser una mujer loba.
- Gracias Loraine por reconocer lo hermosa que soy, además siempre me han piropeado por mis ojos hechiceros. Entonces sólo nos queda Beatriz la cual tendrá que ser la bruja. Espero que no te molestes por ello, Bia.
- Para nada Vanessa- la tranquilizó la joven- al contrario me encanta ese papel que me ha tocado. Así entre otras cosas puedo impedir con mi magia que se maten entre ustedes.
- Jajaja que graciosa eres Bia. Pero pensaba más bien que cómo vives haciendo experimentos y leyendo esos viejos libros de la biblioteca te quedaba mejor ser una brujita.
- Esta bien Vanessa no tengo inconveniente con eso. Pero creo que falta algo muy importante. Una historia que justifique el porque y en que vamos a convertirnos.
-Estoy totalmente de acuerdo- intervino Lora- imagino que nuestra bella vampira tenga también preparada esa historia, ¿verdad? Y que sea novedosa, nada que ver con lo que hemos visto hasta ahora.
- Si claro que hay una historia. Resulta que... Pero sentémonos y pongámonos cómodas. Hace siglos una poderosa reina dio orden de construir un arma en forma de brazalete. Éste confería grandes poderes pero su uso trajo cómo consecuencia efectos indeseables que se transmitían genéticamente. Con él la reina ganó muchas batallas y mientras más ganaba más ambicionaba. Entonces comenzó a necesitar de los fuertes rayos del sol, su piel se fue volviendo cada vez más bronceada, le salieron dos pares de colmillos y solo podía saciar su sed con sangre. Yo, Vanessa, desciendo de esa reina. No necesito convertirme en vampiresa sino despertar la que llevo dentro.
-¡Bravo!¡Bravo!- Aplaudieron Beatriz y Loraine. - Ahora les toca a ustedes - invitó la vampiresa
-Tengo que reconocer que eres genial-la felicitó Lora- Tendrás que añadir otra reina, hermana de tú antepasada y otro brazalete. A esta le comenzó a crecer pelo por todo el cuerpo, las uñas le crecieron en forma de garras. Yo, Loraine, soy su descendiente y no necesito convertirme sino despertar a mi loba. Vamos Beatriz,¿ porqué eres tan bruja? Jajaja
- Pues muy que muy fácil. Las dos reinas tenían una hermana pequeña y muy sabia la cual fue la inventora de los brazaletes. Y si bien no pudo con su sabiduría hallar la cura para sus hermanas si supo cómo ayudarlas a controlar su padecimiento e impedir que lucharan entre ellas. Fue así como inventó un tercer artilugio para controlarlas y así evitar males mayores. Yo, desciendo de la hermana sabia y por ello debo andar siempre con ustedes dos para ayudarlas y protegerlas.
Fue así como al día siguiente en la mañana entraron a un Banco de Sangre; y sin ser vistas se hicieron con un gran número de bolsas. Después se dirigieron a casa de Beatriz donde en una bañera vertieron la sangre y se sumergieron.
Al anochecer, se dirigieron al parque principal de la ciudad, el cual fuera de lo habitual no estaba muy concurrido. Una vez allí se sentaron en un banco desde donde podían observar a los demás sin llamar la atención.
Entonces los vieron.
Eran tres jóvenes que conversaba en los lindes de un bosquecillo cercano. Algo les dijo que eran las víctimas perfectas. Las amigas se levantaron y se acercaron a los tres muchachos. Conversaron con ellos un rato y cuando cada una de ellas se disponía a atacar a su elegido sucedió. Uno de los chicos atacó a Vanessa hincándole unos poderosos colmillos en el cuello, otro inmovilizó a Beatriz con un extraño gesto de sus manos, mientras Lora huyó perseguida por un enorme lobo.
La puerta
Era una puerta sencilla. ¿Pero qué ocultaba? Mientras esperaba que se abriera me puse a imaginar cuáles serían los misteriosos mundos ocultos tras ella.
En el primero se vería un corto y ancho camino bordeado por majestuosos robles blancos. Caminando por él se llegaba a un sorprendente destino, un abismo de fuego y de oscuridad sobrecogedora.
Pensé que al abrirse aquella puerta bien podría haber un castillo sobre doradas nubes. Y entonces yo sería conducido a este por pequeñas criaturas voladoras, mientras podía utilizar las ondas del viento para navegar sobre los aires.
O habría una playa de arenas blancas y un mar impetuoso. En medio de las aguas, una roca sobre la cual dormía una bella sirena de negros cabellos. Sin saber nadar, y decidido enfrentaba el peligro de las olas, llegaba hasta ella, y la despertaba con un beso.
También podían existir tierras desconocidas, donde pueblos diferentes eran capaces de vivir en paz, pero se levantaba un malvado rey que la destruía con violencia y engaño. Más un humilde labriego, al frente del pueblo, lo enfrentaba y destronaba para ocupar su lugar, y años después ser aún más cruel y malvado.
Entonces la puerta se abrió para revelar una segunda puerta.
La Incanara
La flota abrió fuego contra los fortines de la costa, mientras el Inca y sus caciques contemplaban el escenario desde la plataforma del acorazado Jaguar. El soberano rió al ver que nadie respondía a los proyectiles lanzados desde sus naves, y brindó en copas llenas de chocolate "Este día pasará a la historia como el comienzo de una nueva era para Anah". Dio la orden y cesaron los bombardeos. Y entonces, con su alto mando, subió al camarote para continuar celebrando. El monarca apretó un botón y los presentes vieron aparecer la imagen de un anciano:
-Sapay Inca, reciba usted mis más sinceras felicitaciones.
-Es a ti, amigo behique, a quien debo felicitar. Se ha probado tu teoría acerca de la existencia de tierra hacia el este. Todo indica que vivimos en un mundo redondo.
-¡Exactamente!- exclamó el sabio- Además, hoy en todo el territorio de la Federación se celebrará la llegada de la civilización a ese Nuevo Mundo.
-Ahora, viejo amigo, en cumplimiento del Pacto de Vikinda serás nombrado Cacique de la décima parte de las tierras descubiertas y por descubrir, además de recibir título de nobleza para ti y tus descendientes. Ahora me despido de ti, esperando volver a encontrarnos- el soberano presionó el botón y se volvió hacia sus acompañantes, felicitando al Cacique Hatabey de Arawak-Karibi:
- La famosa tradición de navegantes y constructores de barcos de tu nación se ha coronado con esta proeza. Con tus naves hemos podido atravesar el temido océano y llegado hasta aquí.
- Ha sido un placer contribuir a tan gran empresa-respondió el aludido- pero eso no hubiera sido posible sin los conocimientos astronómicos del Anahuac Mayab.
- Gracias amigo por reconocer a mi país- intervino el rey de la tierra del Calendario- tu ayuda permitirá que todos juntos podamos conquistar y llevar la civilización a esas tierras.
Entonces el Inca extendió su mano hacia los presentes y dijo
- Hermanos, cada uno de los estados de Anah ha tenido su parte en esta hazaña. Y aún se verá a los valientes guerreros de Iroquia vencer en las batallas y a los Chibchas construir joyas con el oro y la plata que encontremos.
Entonces el Inca, al frente de un selecto grupo de iroqueses, llevó a cabo el desembarco. Se asombró de no ver pueblos y ciudades a su paso. Pero luego de varias jornadas se vio una cabaña en medio de la llanura. A pesar de las protestas de su Guardia Cóndor, el monarca se acercó solo a la vivienda. La puerta estaba cerrada pero él tocó con suavidad. Al instante le abrió una niña:
-¿Que desea el señor?
- Soy un viajero de muy lejos, sólo quiero un lugar para descansar y comer.
- Soy muy pobre pero compartiré lo que tengo.
-No importa pequeña, te lo agradeceré y también que me permitas descansar en tu humilde hogar. ¿Puede ser?
La niña por toda respuesta lo invitó a pasar. Entonces él se sentó en un viejo taburete mientras ella permanecía de pie
-Señor, ¿hacia dónde se dirige ?
- Voy a visitar al rey de este país para proponerle una alianza con su pueblo.
-Pero en éste país no tenemos rey ni emperador pues no hay pueblo al cual gobernar. Las guerras y empidemias acabaron con ellos. Solamente quedé yo.
Ante tan inesperada noticia el Inca no supo que contestar. Por unos minutos guardó silencio pensando: " esa información no coincide con el informe de mis espías". No obstante decidió preguntar:
-¿y conoces de algún reino donde la guerra y las enfermedades no hayan acabado con la población?
La niña se acercó y puso sus manitas sobre las del hombre:
- Tiempos atrás esta tierra, Iberia, estuvo muy poblada y a cada paso se encontraban ciudades, pueblos y castillos. Era gobernada por una dinastía de gobernantes sabios y justos. Hacia el este, más allá de las montañas, gobernaban otros reyes. Teníamos amistad y comercio con la Galia, Rema, Aslavia y hasta con la lejanas tierras de Catay y Persia. Había paz y la guerra solo se mencionada en las leyendas y cuentos para niños.
-¿qué pasó, porqué se acabó esa paz de la que me hablas?- Inquirió emocionado el emperador del oeste.
- Llegaron en invierno desde el lejano oriente. Hubo grandes batallas y brotes de enfermedades. Murieron de éstas últimas los sobrevivientes de las primeras. Eran como usted de piel cobriza y cabellos de ébano. Destruyeron ciudades y castillos centenarios. Cayeron fuertes y poderosos reinos, la Galia, Avaterra, y aunque Rema y Aslavia ofrecieron tenaz resistencia, los invasores no pararon hasta llegar a las costas de Iberia. Miles de pueblos perecieron y lo peor es que los sobrevivientes fueron sometidos a la más cruel esclavitud y conducidos a la tierra de los invasores.
Al decir estas palabras las lágrimas brillaron en sus mejillas. Viéndola así el Inca se conmovió. Decidido se puso de pie para salir de la cabaña. Días después su armada abandonaba las costas de Iberia y regresaba al oeste.
Frente a un trono se encontraba la niña. Se escuchó:
-Ahora nos toca a nosotras.
La estrella humana
La sirena le dice a su padre, el rey:
-¡Es un humano!
-Conviértelo en estrella- ordenó éste y concluyó - es lo mejor para todos.
Sueño estrellado
Cierto hombre soñaba con ser una gran estrella. Un día tomo una embarcación, la cualbluego de una terrible tormenta, se hundió en el océano. Y cumplió su sueño al hundirse en las estrellas.
Ser vivo
En la clase el maestro enseña: -Los seres vivos nacen, se reproducen y mueren.
Un avispado alumno añade: -Sólo los seres humanos lo saben, aunque muchas veces no son conscientes de ello.
Justicia
Tratare de contarles una historia: En un lejano país vivía una mujer que deseaba tener hijos pero había perdido toda esperanza dada su avanzada edad. En un lejano reino vivía una señora que siempre había deseado tener hijos pero ya era de edad avanzada. En una provincia lejana residía una ama de casa que anhelaba tener hijos pero ya había llegado a una edad avanzada sin poderlo lograr. Más allá de los mares, en un país montañoso, la vejez sorprendía a una mujer que, en contra de sus anhelos, no había logrado descendencia.
Pero una tarde, mientras se encontraba preparando la comida en su pequeña cocina, recibió una inesperada visita. A su humilde cabaña llegaba el rey de la nación. Y aunque venía vestido como mendigo ella supo de alguna manera que era el rey. El rey traía cargado a un bebé y sin decir una palabra se lo entregó. Acto seguido regresó por donde mismo había llegado. La anciana muy contenta llevó el bebé a su cama.
Años más revelaría a un joven guerrero la historia de su verdadero origen y moriría feliz en sus brazos. Entonces el reino se conmovió al ver a este guerrero destronar al rey mientras le decía:
-En está historia sólo hay un culpable, ¿Quién?
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