"La ebriedad de las musas", de Rebeca Ruiz Ferrero. III Certamen literario feminista La Corrala

 

                                                                           Imagen propuesta por el colectivo generada con IA


He atravesado los límites del Olimpo

poseída por una musa algo más intensa que yo.

Me ha enseñado los deseos más indómitos de Zeus,

las guerras psicológicas de los dioses,

el futuro no tan nítido

desde los ojos de una anciana

a punto de morir.

— Échame otra copa.


Junto a ella,

liberé a los Titanes para acoger

el caos del mundo entre mis manos.

Me cobijé en el pelo de Medusa,

mientras los que se creían hombres

acababan lapidados

por su definición de propiedad.

Qué ilusos.

— Échame otra copa.


Participé en la guerra de Troya

y pude ver llorar a Helena,

escondida en un rincón oscuro.

Sola.

La historia no dice más que mentiras.

Pero, en fin,

todos sabemos que la historia

la escriben los que ganan.

Y ella no lo hizo. No lo hizo.

— Échame otra copa.


Fui capaz de surcar

los ríos de lava del Hades,

conviviendo con los muertos alados

con más vida que yo.

Más tiempo del que me hubiera gustado.

Más tiempo del que consigo recordar.


Y en la desesperación de ver el vaso vacío

me despido de ella

y empiezo a ver el mundo

desde los ojos de la embriaguez.

— ¿Dónde fue a parar mi voz?


Me necesito fuerte.

Me necesito viva.

Para dejar de perderme en épocas,

como Hera en sus ratos ebrios

y olvidar mis delirios insurgentes.

Hábiles.

Huir de este puto mundo que me estremece

y me impulsa hacia la muerte.


Ahora ya no quedan guerras en las que luchar,

ni patrones a los que vencer,

lléname el vaso, mi musa,

quizás así seamos capaces

de cambiar.

Esta vez.

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