ANECDOTARIO TRAS UN 8 DE MARZO

ANÉCDOTAS  DE UN 8 DE MAYO TRAS EL 8 DE MARZO

Con este anecdotario queremos visibilizar todas esas pequeñas cosas que se desencadenan tras los grandes hitos, las grandes acciones... Queremos rescatar de la memoria de mujeres de todas las edades, desde la más tierna infancia, esos impactos, impresiones, emociones o influencias que las movilizaciones del 8 de marzo van dejando en sus vidas, y que podrían quedar ancladas en las vidas de todas las que se movilizan y las que no, las que gritan y las que silencian, también las que escuchan, las que miran al frente y las que miran de reojo. La lucha de las mujeres continúa día a día en las pequeñas acciones de la vida cotidiana. 

-          Esta es la primera manifestación a la que voy en mi vida. –me dijo mi madre entre sorprendida y contenta. Era el 8 de marzo de 2018. 

El 8 de marzo con ojos de niña.

-No puedo dejar de emocionarme cuando recuerdo la grandiosa manifestación del 8 de marzo en Madrid. Aún hoy se me eriza el vello cuando recuerdo la imagen de multitud de mujeres entre 15 y 20 años unidas en la lucha, comprometidas y concienciadas. Esto si que es un halo de esperanza, el germen de las cosechas de tiempos pasados, que no fueron baldías...


Una tarde más, mi abuela Dolores me dio de merendar en el comedor de su casa. Yo tendría unos 15 años, y ella más de 60. Ese día se sinceró mucho más de lo habitual.
-          Si yo hubiera sabido más de la vida, me hubiera separado de tu abuelo hace años. 


A Malena le gustaría jugar con los niños de su clase durante el recreo. No sabe por qué, pero le interesan más ellos que ellas. Todavía es pequeña. Ellos juegan a correr, a carreras, a juegos cuerpo a cuerpo. Ella ha optado por introducirse en el juego pidiendo permiso. Mateo le dice que están jugando a caballeros, a lo que ella responde que ella puede jugar a caballera. Jorge le dice que están jugando a competiciones de atletismo y que ella se va a quedar atrás. Ella lo intenta, gana, pero le dicen que da igual, que es una niña, y prefieren que no juegue con ellos



Testimonio de una niña de 6 años.


-Cada 8 de marzo salgo "a tomar la calle" junto con mis hijas y vivimos momentos muy emotivos. Me encanta estar juntas en la misma lucha y aprender juntas.



Maternar no es solo cosa de mujeres y de madres.



- ¿Qué haces en urgencias, un sábado por la noche, con tus 3 hijas a cuestas? ¿Dónde está Diana? –le preguntaron a Carlos.
- Está de viaje con unas amigas. 



-Una de las cosas que más me gusta hacer es contar cuentos. Bueno más que contar, transmitir sabiduría en boca del propio  cuento. Los cuentos van posando en nuestras mentes palabras e imágenes que quedan alojadas en nosotras para siempre en nuestras almas.




-A los 63 años mi padre ha aprendido a cocinar. Antes se hacía unas patatas fritas con un huevo frito, y punto. Ahora, como si de otra persona se tratara, le ha dado por experimentar entre fogones y ahora es él quien me da tápers de comida bien rica. Mi madre, por fin, empieza a descansar de organizar comidas. 


A Nacho sus nietas le han hecho despertar todo el amor que antes no pudo entregarle a sus hijas por falta de tiempo. Todo el día trabajaba, todo el día fuera de casa. Ahora, ya jubilado, disfruta llevando a sus nietas al parque, a la playa, al huerto y al cine. Les da besos y abrazos. Ya no está mal visto. 



¿Qué mas da la edad? Todas juntas somos la misma.






-Me gustó mucho participar en la plaza de nuestro pueblo leyendo poesía de mujeres para mujeres.


Agradecemos los testimonios de todas las mujeres y niñas que nos han hecho llegar sus aportaciones. Invitamos a todas las mujeres que nos sigan a sumarse con sus propias aportaciones. Nuestras anécdotas cotidianas son el testimonio de nuestra lucha.


COLECTIVO: La Corrala. Patio feminista
Anecdotario tras un 8 de Marzo
Anécdotas de  Lluna, Diana, Violeta,
 Macarena, M.J.E. y Marilina.





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