ANTE LA EMERGENCIA SOCIAL, EL FEMINISMO ES ESCENCIAL.
8M 2021
Para conmemorar la jornada del 8M en Aranjuez, con nuestras voces en las manos, tendimos esta gran colada feminista transversal, internacional y horizontal, creada por manos pequeñas que crecen esperanzadoras; manos vividas, fuertes, con el surco del tiempo y cicatrices ilustradas; manos dueñas de sus cuerpos y de sus decisiones; manos que cuidan, educan, sanan, cuentan y plantan semillas; manos diversas y de diferentes colores; manos artistas, inteligentes, que investigan y crean; manos limpias o manchadas de tintas, de spray, de sangre, de tierra y lavadas en caceras; manos que huelen a flores, a leche, a ajo y a cebolla; manos protectoras y protegidas con dedales, con guantes de látex, con durezas; manos que unen y tejen redes; manos que se abren, acogen, acarician y arropan o se alzan en puños para luchar juntas; manos que saben agarrar fuerte o soltar y empujar cuando toca; manos que hablan y gritan en las calles; manos que atraviesan fronteras y suben montañas…
Hoy, como tantas veces, el patriarcado nos pone trabas y dificultades para estar donde queremos estar. Que los espacios y calles sean ocupados por mujeres, le asusta a este sistema patriarcal. Pero seguimos reivindicando esos espacios y la libertad de movimiento (también en la noche) y una vez más, en época de emergencia social, hemos demostrado nuestra capacidad de organización, de apoyo mutuo y de tejer redes, poniendo la vida en el centro.
Nos quieren callar. Durante mucho tiempo hemos tenido que obedecer en silencio. No queremos estar calladas, y la voz de cada una de nosotras es la voz de todas. Hoy pretenden criminalizar nuestras acciones, nosotras no somos violentas, ni somos una amenaza. Quieren manchar y borrar nuestro movimiento. El silenciamiento de las mujeres forma parte de un sutil sistema de opresión elaborado por el patriarcado. Somos una amenaza por el simple hecho de cuestionar el orden establecido.
Nosotras cuidamos y nos cuidamos. Lo aprendimos de nuestras madres y abuelas, que son "la madre tierra". Lo llevamos en nuestro ADN y por eso las instituciones se aprovechan, echando sobre nuestras espaldas toda la carga de los cuidados. Nosotras cuidamos a nuestras hijas e hijos, cuidamos a nuestras madres y padres, cuidamos a nuestros compañeras y compañeros… reduciendo cada vez más el gasto destinado a ayudas para aliviar esta labor. Ayuda que en muchos casos cuando llega, lamentablemente ya es tarde. Soportamos una carga física y mental en muchos casos demoledora, haciendo invisibles a aquellas que tienen que dedicarse exclusivamente a los cuidados.
La violencia y la agresión hacia las mujeres es algo que sucede en la sociedad a través de la historia. Es una violencia ejercida hacia la mujer por el simple hecho de ser mujer. A lo largo de los desgarradores episodios violentos en diferentes guerras y conflictos, sobre las mujeres se ha ejercido una violencia indómita. Es una violencia que llega hasta nuestros días camuflada en comportamientos calificados como normales, incluso halagadores. Hoy en día se llega a someter a las víctimas a un juicio paralelo al de sus agresores, cuestionando su forma de vida, su entorno, incluso su forma de vestir. La violencia no es una opinión, es un hecho documentado.
Nuestras reivindicaciones tienen que ser escuchadas, en nuestra voz también están las voces de las personas a las que cuidamos, los cuidados nos proporcionan un conocimiento más intenso y real.
Vivimos momentos que necesitan respuestas diferentes a las que el capitalismo nos ha enseñado y estamos preparadas para darlas, la razón está de nuestra parte. La lucha feminista no termina hoy, ni aquí, la lucha continúa, sigue convocada y atraviesa fronteras, espacios y tiempos. Nuestra capacidad de reinventarnos nos hace poner el foco en el hoy, fijándonos en la experiencia de tantas y con admiración hacia las mujeres jóvenes que traen fuerza a la lucha. Somos muchas manos y voces gritando al unísono ¡Hoy y siempre el feminismo es esencial!.
Para conmemorar la jornada del 8M en Aranjuez, con nuestras voces en las manos, tendimos esta gran colada feminista transversal, internacional y horizontal, creada por manos pequeñas que crecen esperanzadoras; manos vividas, fuertes, con el surco del tiempo y cicatrices ilustradas; manos dueñas de sus cuerpos y de sus decisiones; manos que cuidan, educan, sanan, cuentan y plantan semillas; manos diversas y de diferentes colores; manos artistas, inteligentes, que investigan y crean; manos limpias o manchadas de tintas, de spray, de sangre, de tierra y lavadas en caceras; manos que huelen a flores, a leche, a ajo y a cebolla; manos protectoras y protegidas con dedales, con guantes de látex, con durezas; manos que unen y tejen redes; manos que se abren, acogen, acarician y arropan o se alzan en puños para luchar juntas; manos que saben agarrar fuerte o soltar y empujar cuando toca; manos que hablan y gritan en las calles; manos que atraviesan fronteras y suben montañas…
Hoy, como tantas veces, el patriarcado nos pone trabas y dificultades para estar donde queremos estar. Que los espacios y calles sean ocupados por mujeres, le asusta a este sistema patriarcal. Pero seguimos reivindicando esos espacios y la libertad de movimiento (también en la noche) y una vez más, en época de emergencia social, hemos demostrado nuestra capacidad de organización, de apoyo mutuo y de tejer redes, poniendo la vida en el centro.
Nos quieren callar. Durante mucho tiempo hemos tenido que obedecer en silencio. No queremos estar calladas, y la voz de cada una de nosotras es la voz de todas. Hoy pretenden criminalizar nuestras acciones, nosotras no somos violentas, ni somos una amenaza. Quieren manchar y borrar nuestro movimiento. El silenciamiento de las mujeres forma parte de un sutil sistema de opresión elaborado por el patriarcado. Somos una amenaza por el simple hecho de cuestionar el orden establecido.
Nosotras cuidamos y nos cuidamos. Lo aprendimos de nuestras madres y abuelas, que son "la madre tierra". Lo llevamos en nuestro ADN y por eso las instituciones se aprovechan, echando sobre nuestras espaldas toda la carga de los cuidados. Nosotras cuidamos a nuestras hijas e hijos, cuidamos a nuestras madres y padres, cuidamos a nuestros compañeras y compañeros… reduciendo cada vez más el gasto destinado a ayudas para aliviar esta labor. Ayuda que en muchos casos cuando llega, lamentablemente ya es tarde. Soportamos una carga física y mental en muchos casos demoledora, haciendo invisibles a aquellas que tienen que dedicarse exclusivamente a los cuidados.
La violencia y la agresión hacia las mujeres es algo que sucede en la sociedad a través de la historia. Es una violencia ejercida hacia la mujer por el simple hecho de ser mujer. A lo largo de los desgarradores episodios violentos en diferentes guerras y conflictos, sobre las mujeres se ha ejercido una violencia indómita. Es una violencia que llega hasta nuestros días camuflada en comportamientos calificados como normales, incluso halagadores. Hoy en día se llega a someter a las víctimas a un juicio paralelo al de sus agresores, cuestionando su forma de vida, su entorno, incluso su forma de vestir. La violencia no es una opinión, es un hecho documentado.
Nuestras reivindicaciones tienen que ser escuchadas, en nuestra voz también están las voces de las personas a las que cuidamos, los cuidados nos proporcionan un conocimiento más intenso y real.
Vivimos momentos que necesitan respuestas diferentes a las que el capitalismo nos ha enseñado y estamos preparadas para darlas, la razón está de nuestra parte. La lucha feminista no termina hoy, ni aquí, la lucha continúa, sigue convocada y atraviesa fronteras, espacios y tiempos. Nuestra capacidad de reinventarnos nos hace poner el foco en el hoy, fijándonos en la experiencia de tantas y con admiración hacia las mujeres jóvenes que traen fuerza a la lucha. Somos muchas manos y voces gritando al unísono ¡Hoy y siempre el feminismo es esencial!.
Os invitamos a visitar la Gran Corrala que
se generó de manera simbólica el pasado domingo y que sostuvo nuestras voces,
un año más, en la plaza de nuestro pueblo, para reivindicar nuestros derechos
como mujeres tomando de nuevo las calles.
Felicitamos
a todas las mujeres que se han acercado a este Patio Feminista aportando
su voz hecha arte y a tender su colada en las cuerdas comunes de nuestro patio
de vecinas.
Agradecemos, especialmente, a las mujeres del grupo Maleza de Garaldea por regalarnos su versión de la canción "Cariñito" y a la Plataforma por la Escuela Pública de Aranjuez por ofrecernos el mural del cuento "Las cholitas escaladoras" que nos inspiró para acompañar nuevamente a las peques con un cuentacuentos, en esta ocasión virtual.
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