I Jornadas de Urbanismo en Aranjuez: Espacios para la vida

 

ESPACIOS PARA LA VIDA

I JORNADAS DE URBANISMO EN ARANJUEZ

El pasado sábado 29 de mayo, participamos en las I Jornadas de Urbanismo en Aranjuez, organizadas por CNT Aranjuez. Nuestra intervención estaba planificada dentro de la sesión 'Espacios para la vida', luego de la presentación del libro 'La ciudad de los cuidados', de Izaskun Chinchilla. En este artículo os compartimos algunas de las ideas colectivas en las que pensamos. ¡A ver qué os parecen!

 

Ciudad cuidadora vs ciudad al servicio del capital

Actualmente el modelo urbano está enfocado a lo productivo, al beneficio, al capital, no dando valor a lo no cuantificable y a la vida cotidiana; su configuración viene determinada por la división del trabajo y por la importancia que se le da a este frente a otros factores, no está entre sus fines erradicar desigualdades ni cambiar realidades; todo esto hace que nuestro derecho a los espacios de la ciudad en la que habitamos se vean reducidos.

Poniendo en el centro la vida y, por lo tanto, la vida cotidiana y los cuidados se le da importancia a la reproducción, en lo más amplio de la palabra, y no solo a la producción y al producto.

Partiendo entonces de este concepto, el de ciudad cuidadora, y de esta necesidad, la de habitar espacios donde quepan e importen las personas y sus necesidades, vamos a hacer un estudio particular de algunos aspectos de nuestras ciudades y, especialmente, de Aranjuez:

1. Libertad de movimiento, movilidad y espacios seguros

Para el movimiento feminista es una continua reclamación la libertad de estar donde queramos, a la hora que queramos y haciendo lo que queramos: en la noche, en los barrios, manifestándonos… En Aranjuez, como en tantas ciudades de toda España, llevamos a cabo una Marcha Nocturna por nuestras calles, reivindicando nuestro derecho a estar seguras y contra la violencia machista. El patriarcado y la violencia machista nos expulsan de nuestras calles de muchas formas, no sólo con violencia explícitamente, no olvidemos la prohibición de manifestarnos en Madrid en el último 8M.

Y dentro de esta libertad de movimiento debemos hablar de movilidad, como experiencia diaria que afecta a nuestra calidad de vida. Sería interesante reflexionar sobre quiénes se desplazan, para qué, hasta dónde, cuándo, cómo… y quiénes no lo hacen y porqué. En otras ciudades que se ha llevado a cabo este estudio se ha comprobado como las tareas que mayoritariamente realizamos las mujeres suponen muchos de estos desplazamientos por la ciudad y como los hombres se desplazan más a espacios retirados para ir a trabajar.
 

 

El diseño de Aranjuez en su crecimiento está pensado para el uso del coche, tanto por la ubicación inaccesible con movilidad reducida a servicios esenciales como el tanatorio, casi la totalidad de los andenes de la estación de Renfe (todos salvo la vía 5), el maltrato al transporte público, la casi inexistencia de calles peatonales, de carriles bici conectados…

Creemos que la calidad de vida va ligada a la proximidad en todos los conceptos y se debe de evitar que los coches sigan tomando nuestras ciudades y zonas verdes y que se les otorgue más derechos que a las personas (demasiados espacios para circular, aparcar, incluso espacios con aparcamientos abandonados, demasiada velocidad, obligación de adecuar nuestro recorrido en manifestaciones para no parar el tráfico o la reciente denuncia de Ecologistas en Acción sobre cómo el vehículo campa con impunidad en nuestros sotos).

Desde la Corrala pensamos que se debe de priorizar los recorridos a pie, en bicicletas, patinetes o en transporte público y adaptar los horarios de éstos a diferentes realidades, tiempos y espacios: centro, barrios, Cortijo de San Isidro, tanatorio, frecuencia por las noches y festivos (facilitar el ir a cuidar o trabajar al hospital), polígonos comerciales e industriales (instalación de pasarelas peatonales y carril bici para acceder al polígono del automóvil y al de Chacón), ampliar y dar sentido funcional y no solo como paseos puntuales al carril bici (actualmente existen tramos inconexos y los que existen no abarcan recorridos funcionales), habilitar zonas peatonales y más paradas de autobús en las que puedas resguardarte, que se reanuden las obras de mejora de accesibilidad de la estación de tren, entre las principales peticiones que vemos más urgencia en satisfacer.

Al hablar de movilidad se hace necesario recordar que aceras, pasos de peatones, etc., deben encontrarse en buen estado y ser accesibles para personas con movilidad reducida o asistidas con perros guía, carritos de bebés, etc. Nos gustaría señalar la importancia de recordar a nuestras madres y abuelas cuando pensamos en un urbanismo seguro. Un alto porcentaje de mujeres tras la menopausia ven reducida su densidad ósea lo que les hace ser más propensas a roturas. Las aceras y calles con desniveles y rotas y los alcorques sin árboles o los que rebosan de hierbas, suponen riesgo de caídas y les hacen coger miedo a salir y pasear, lo que reduce su autonomía y calidad de vida. Se nos ocurre que igual que los pasos de peatones deben estar bien señalizados e iluminados, también tiene que haber rampas seguras, aceras sin escalón, barandillas y agarraderos facilitan la movilidad.

Y, por supuesto, es imprescindible que las plazas y los recorridos de la vida cotidiana tengan zonas cubiertas de la lluvia, soleadas en invierno, sombreadas en verano, con suficientes asientos, con fuentes, limpias de hojas y excrementos, con fuentes, con bancos cómodos y seguros donde poder pararse y reponer fuerzas y, por supuesto, no repetir la experiencia torturadora de bancos censurados durante la pandemia, ni la de bancos divididos por reposa-brazos para evitar que alguien se tumbe, disponer por varias zonas de algunos aseos públicos, cambiadores, espacios de lactancia, con personal contratado para la limpieza y mantenimiento.

En Aranjuez, como en otros municipios, se llevó a cabo una experiencia que nos pareció muy acertada pero que, desgraciadamente, no hubo interés por mantenerla, nos referimos a Arandando, rutas escolares seguras. Por supuesto la iniciativa era mejorable pero garantizaba rutas seguras, aportaba apoyo a las familias y facilitaba la autonomía, el desarrollo y el apoyo mutuo entre las niñas y niños.

Seguimos hablando de espacios seguros, para conseguir estos entornos seguros es necesario revisar la iluminación para que sean visibles y además, facilita mucho la seguridad, que no sean lugares solitarios ni aislados, sino que el estar habitados hace que sean de alguna manera “vigilados” entre iguales.

Estamos convencidas de que las calles y las zonas habitadas, los locales en funcionamiento, las viviendas ocupadas y con ventanas a la calle, las mujeres sentadas en corros en las aceras, la gente en la calle… da seguridad a nuestras calles, a hombres y mujeres y a la infancia y vejez. Todas cuidando de todas. Basta ya de hacer responsable a las víctimas, la mejor forma de defendernos es la autodefensa colectiva, el miedo limita nuestros derechos, sobre todo a las mujeres.

2. División de la ciudad por uso económico

En nuestras ciudades, y Aranjuez cada vez más es muestra de ello, se está llevando a cabo una organización por separación de usos. Esta división forma parte del sistema capitalista y patriarcal que diferencia y valora en modo distinto lo productivo con aquello que no genera directamente un beneficio aunque sea indispensable para el mantenimiento de la vida, hablamos de los cuidados.

Así, tenemos zonas de trabajo separadas de nuestras casas, zonas comerciales, polígonos industriales, hostelería, urbanizaciones… y se va perdiendo los barrios como zonas de cuidados, organización, barrios que te garantizaban la vida cercana, sin grandes trayectos, te ofrece seguridad, apego, te hace sentir comunidad, facilitaba el apoyo mutuo, la socialización, la diversidad, la organización de asociaciones vecinales, permite vivir y ocupar la calle a todas horas… todo esto se ha cambiado por una organización funcionalista y separatista.

La división de los espacios en función de los usos implica una determinación de quien los habita y quien los puede usar y quien no, sancionando la vulnerabilidad económica, zonas por clases sociales en las que algunas no permite no tener coche privado o incluso hay que tener más de uno por vivienda, no permite vivir en la calle, unos viven y otros trabajan en sus domicilios estableciendo jerarquías y relaciones de poder.... Estas zonificaciones también implican muchas prohibiciones: lugares en los que no se puede jugar, dormir, comer, beber agua, hacer deporte o más bien que deporte hacer. Nos parece esencial delimitar el crecimiento de Aranjuez y habitar lo que ya existe.

Como decíamos al principio entendemos necesario un análisis de la realidad en toda su complejidad y para ello sería conveniente preguntar a los diferentes colectivos que habitan un espacio, dar voz y oídos, para facilitar las respuestas y para facilitar el entendimiento, ya que conocer qué necesitan nuestras vecinas redundará en una mejor planificación urbanística. Debemos aprovechar todo este potencial de conocimientos en vez de obviarlos. Conocer la percepción de las niñas, adultos, ancianos… que no siendo técnicas tienen un conocimiento mayor de sus calles y una visión diferente y, además, forman parte de nuestra historia que debemos conservar.


3. Espacios de juego y socialización

En Aranjuez tenemos la suerte de vivir en un entorno natural que nos brinda la vega del río Tajo, los jardines y otros lugares de Patrimonio Nacional. Aprovechamos para denunciar los horarios tan reducidos de los jardines, se podría aprovechar más tiempo ese espacio de una forma fácil, solo hay que abrir puertas. Con estos espacios algunas políticas y políticos parecen creer que está todo hecho, y no es así, queda mucho por hacer para que infancia, juventud y ancianidad disfruten del ocio al aire libre en entornos seguros y saludables.
 

 

Cuando las ciudades facilitan espacios de encuentro para todas las edades, espacios de socialización, facilitan el entendimiento y ayudan a crear ciudades de cuidados. Un ejemplo de todo lo contrario son los lugares de juego de Aranjuez. Además de ser insuficientes y algunos abandonados en su deterioro como el Pozo de las Nieves, los parques que hay están muy enfocados para la etapa de infantil o son pistas que quedan ocupadas por los niños, generalmente varones jóvenes, que juegan al balón y sin facilitar otro tipo de juegos como el parkour o el skate o la canasta. Son espacios divididos por franjas de edades que deja fuera a otros grupos, por ejemplo, las niñas y niños entre 10-12 años que no encuentran un espacio donde socializar, que facilite el encuentro y desarrollar la psicomotricidad en los que pudieran encontrar grandes estructuras para trepar, columpiarse, correr, jugar con circuitos... Los parques son espacios cerrados en todos los sentidos: vallados, cerrados a la investigación y, además, durante el confinamiento los mantuvieron cerrados mientras que bares, pistas de hielo o Tiovivo (de pago) estaban abiertos. Además, muchos de ellos no tienen sombras o fuentes por lo que resulta imposible estar en muchas épocas del año.

Hasta hace relativamente poco tiempo en Aranjuez no existían parques, muestra de ello es que el único barrio que tenía columpios tomó popularmente ese nombre, los Columpios, pero sí existían zonas donde jugar en la calle, mientras que paseábamos… Fue creciendo el uso del coche y el desarrollo de viviendas, pero no creció la asignación de terrenos para jugar en la calle, desde aquí pedimos que se respete el uso del suelo no sólo para fines económicos sino también para la calidad de vida de las vecinas. Por ello nos parece que los solares y edificios vacíos en Aranjuez son toda una oportunidad de explotación.

Por otro lado, entendemos que para que las peques puedan desarrollar su autonomía y por tanto su capacidad de tomar decisiones y de ir poco a poco construyendo su identidad, necesitan espacios de juego libres de la presencia directa y programada de las personas adultas. La calle, los jardines, el campo, es el lugar propicio para ello, y no solo el parque, las que hemos tenido la suerte de crecer en la calle y en espacios al aire libre, sabemos que el propio espacio de la ciudad proporciona un sin fin de posibilidades y el suficiente alejamiento y proximidad de los adultos de referencia. Calles y plazas seguras, espacios de encuentro, de cuidados y de relaciones en las que la crianza sea compartida entre las personas adultas referentes, que aportan seguridad con su presencia sin intervencionismo, y posibilitan la resolución de conflictos entre iguales. Seguridad libre de sobreprotección y con espacios para que toda la familia encuentre sus necesidades cubiertas.

Queremos calles no solo para ir del lugar de residencia a nuestro trabajo o espacio de consumo. Antiguamente, la calle era vivida y era un medio de subsistencia: las fuentes donde se iba a buscar agua, los lavaderos públicos, la escalera, las corralas… eran espacios de socialización para las mujeres, además de laborales. Espacios donde intercambiar opiniones, pedir y dar consejos, escuchar sabiduría colectiva, creación colectiva, y crítica, de conocimiento.

La información a la ciudadanía desde las instituciones también dice mucho de ser o no ser ciudad cuidadora, deberían escuchar qué es lo que nos interesa conocer y ponerlo a nuestra mano: planos de situación sencillos, horarios de servicios públicos, culturales, salud, etc., tiempo de espera para la llegada del bus en todas las paradas y, además, facilitar la comunicación entre nosotras habilitando espacios, tablones o fachadas. 


4. Cultura

Queremos que haya una presencia importante de la cultura tanto en edificios como en la calle: música, guiñol, teatro, cine, puntos de acceso público a internet, bibliotecas, salas de estudio, espacios de lectura… Y, además, que estos espacios públicos sean amables, con zonas de descanso y juego, que protejan de las inclemencias del tiempo.

Los edificios públicos son necesarios para albergar la cultura y en Aranjuez es una urgencia reivindicar estos espacios, con un único centro cultural cerrado sin fecha probable de apertura, el único espacio físico de teatro alternativo clausurado, sin cines, sin locales para asociaciones y colectivos, cerrada la única biblioteca municipal para toda la ciudad... Ahora, que es hora de rehabilitar, es una oportunidad de repensar los usos, los espacios y la buena utilización y aprovechamiento de ellos.

Las dimensiones de Aranjuez piden ampliar el número de edificios con uso público y cultural, y así poder localizar en diferentes barrios bibliotecas, salas de estudio, puntos de acceso público a Internet.. Cada uno de estos edificios con personal contratado serían a su vez dinamizadores de ocio cultural con cuenta cuentos, guiñoles, cine de verano…

Estos edificios y espacios culturales deberían estar diseñados de forma ecosostenible y conectados con el entorno, para que no queden ubicados en puntos aislados del pueblo obligando a depender del coche, ni que requieran un consumo de refrigeración en verano y calefacción en invierno.

5. Nuestras viviendas, lo privado también es político

En nuestros propios hogares, en muchas ocasiones, se perpetúan la división social del trabajo y nos aferramos a una estructura rígida del hogar que no da respuesta a nuestras necesidades. Entendemos que para verdaderamente encontrarnos “como en casa” deben ser viviendas con espacios de igualdad entre las personas que las habitan, sin privilegios por razón de sexo o edad o parentesco o tareas y totalmente flexibles para ir adecuándolos a las necesidades de sus habitantes. Debemos ocupar nuestras viviendas como queramos para poder también tomar el exterior.

Los edificios también han ido cambiando mucho en los últimos años y se les ha ido eliminando espacios compartidos que facilitan la relación y los vínculos de apoyo mutuo. Crianza compartida, lugares de estancia adultos e infancia, lavadoras comunitarias, ventanas a la calle para ver y vigilar como forma de cuidado.

Denunciamos, igualmente, la dificultad que nos encontramos para ser propietarias, inquilinas, usuarias, especialmente quienes tenemos sueldos que no llegan a mil euros y quienes no logran tener independencia económica. Fomentar la vivienda social en alquiler y asequible para las jóvenes, y no tan jóvenes es una necesidad urgente. Pensamos que los alquileres tendrían que tener una proporcionalidad con respecto al salario mínimo interprofesional, al menos, asegurar un porcentaje de alquiler con esas características.

No queremos guetos ni tampoco barrios dormitorio para gente que depende constantemente del coche, como el Barrio de la Montaña.




6. Ciudad energética inteligente

Vemos muy interesante una iniciativa local el disponer de puntos y servicio de recogida de hojas, restos de poda y materia orgánica para su compostaje como recurso para nuestras zonas verdes. Cada año se recogen las hojas de los árboles para prevenir atascos en los desagües de las calles, evitar la salutación de las alcantarillas y también posibles caídas.

Nos basamos en las experiencias de otras ciudades con sistema de autocompostaje que supone el aprovechamiento de los biorresiduos domésticos en su domicilio particular, en recintos vecinales e incluso de barrios al disponer de puntos de recogida en la propia vía pública. Una planificación municipal para reutilizar este abono en los propios jardines y parques para el cuidado de las plantas.

Otra iniciativa también muy avanzada en otras poblaciones es el uso de suelo para huertos urbanos colectivos, con unos compromisos de buen uso son zonas que ayudan a la autogestión de las familias, el conocimiento de la agricultura y la socialización entre mayores y pequeñas.

Por último, animamos a todas a realizar un mapeo de nuestras casas y barrios con la intención de hacer propuestas en las que se dé prioridad a la vida y no solo a lo económico. Para ello hay que tener en cuenta la infancia, adolescencia, juventud, vejez, migración, diversidad de género... Pero, además de proponer, animamos al activismo, ya demostramos que somos capaces de organizarnos para limpiar nuestras calles de nieve, pues sigamos organizándonos para colocar en el centro de Aranjuez la vida. Y enfrentarnos a nuestras ciudades valorando la opinión técnica, por supuesto, pero sin menospreciar la diversidad de conocimientos cualificados como son los saberes de sus habitantes.

Animamos a todas las personas a mejorar los espacios que habitan desde el activismo, y por supuesto, el feminismo.


 

Desde el colectivo de La Corrala, Patio feminista, felicitamos al sindicato por esta propuesta y agradecemos la invitación. Uno de nuestros fines como colectivo es difundir pensamientos feministas en todos los ámbitos de la vida de nuestro entorno, con el objetivo de conseguir los mismos derechos para todas las personas. Queremos, por lo tanto, colaborar en el análisis del diseño y desarrollo urbano de Aranjuez incorporando al debate las diferentes necesidades y vivencias, no solo de género, sino también de edad, diversidad funcional, cultural y socio-económica, que implican diferencias en el uso de los espacios urbanos, y todo ello para poder tener una visión más completa de Aranjuez.

Nota: Para preparar esta intervención, nos apoyamos principalmente en el concepto de ciudad de los cuidados de Izaskun Chinchilla y en el de Urbanismo feminista del Col-lectiu Punt 6, sin embargo, no podemos dejar de nombrar el trabajo que realizan desde la ecología social y el eco-feminismo la gente de Ecologistas en Acción, y las ideas que aporta Francesco Tonucci sobre una ciudad que piensa y se desarrolla para la infancia.


COLECTIVO: La Corrala. Patio feminista.
I Jornadas de Urbanismo en Aranjuez: Espacios para la vida.


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